Por Arturo A.
“Son evidencia del pasado y la realidad. Nos cuentan historias.” MVF
Historias que pueden brincar líneas temporales en cuanto son observadas. Realidades pasadas, historias presentes. No siempre tiene que ser al revés. Como si fueran fantasmas recordándonos que si permanecemos aquí, es para regocijarnos de las aventuras que hemos vivido. No todas las aventuras son deportivas, o buscan maravillas. Tengo que admitir que en nuestro caso, puede ser más bien una pesadilla en donde abundan gritos de enojo dolorosos, obscuros y silenciados alaridos de dolor cuando nos atrevemos a llorarlo.
Conforme fue avanzando la pubertad, estaban este par de tumores creciendo traumática y tremendamente rápido, convirtiéndose al mismo tiempo en el foco de atención de muchas miradas. Las miradas de chavos y hombres eran particularmente incómodas. Y ni hablar de la envidia que sentía cada vez que ellos presentaban los cambios que yo más anhelaba.
“¡Si tan solo alguien pudiera detener su crecimiento! O regresar el tiempo y hacer algo.” Ese era el pensamiento tanto matutino como nocturno más persistente. Me atrevo a decir que mi depresión empezó ahí. O tal vez simplemente se sumó a la que descubrí cuando mis padres se separaron y no exactamente en las condiciones más amigables. Pero bueno, la depresión tiene un significado un tanto subestimado y choteado estos días. Según la Organización Mundial de la Salud, la depresión es un trastorno mental frecuente, que se caracteriza por la presencia de tristeza, pérdida de interés o placer, sentimientos de culpa o falta de autoestima, trastornos del sueño o del apetito, sensación de cansancio y falta de concentración. https://www.who.int/mental_health/management/depression/es/
No quisiera que lo que describo aquí sea una especie de requisito para llegar a ser un hombre, ni mucho menos una definición de lo que es la masculinidad. He tenido la gran suerte de conocer a personas que me han mostrado como el tener o no tener voluminosidad en el pecho en realidad no delimita en lo absoluto la identidad de alguien. Por el contrario. solamente es un rasgo biológico que, si bien puede conflictuar a muchas personas con respecto a la disforia* que pueden sentir, al final tenemos la suerte de vivir en el siglo XXI. Es decir, realizar una operación de esta naturaleza es viable científica, medicinal, y legalmente hablando.
Yo sé, yo sé que muchas veces los medios económicos o procesos burocráticos pueden representar un obstáculo para la gratificación inmediata a la que las generaciones como la mía están acostumbradas a experimentar. Pero vamos, ¡¡¡es posible!!! Imagínense hace, no sé, 500 años. Yo no tengo dudas, ni tampoco pruebas (como el meme) de que esta sensación de no pertenencia o no conformismo haya sido vivida por otro ser humano en algún momento precedente a mi existencia hoy. Se conoce que existen culturas prehispánicas, por ejemplo, que justamente reconocían más géneros que los binarios que manejamos en la actualidad tan rígidamente. Después de esos tiempos, sin embargo, la gente dejó de aceptar dichas identidades. Las cirugías se veían como algo más experimental que dirigido a la sanación. Y qué duro debió ser el saber que abrir nuestra piel y cortar cualquier parte de nuestro cuerpo podría desembocar en morir desangrándose, o adquiriendo una infección irreversible. Hoy, Agosto del 2020, es posible que las cirugías seguras se lleven a cabo.
¿A qué instancias en México podemos dirigirnos con la confianza de que al brindarnos informes nos llamarán por los pronombres correctos? ¿Existen grupos de acompañamiento gratuito para hacer nuestra transición más sencilla? Hoy, de nuevo, es posible conseguir toda esta información al acercarnos a gente que, como nosotros, ya ha pasado por experiencias poco gratas en cuanto al reconocimiento de su identidad y sus expectativas de cambio. Es importante que durante nuestra transición la hagamos acompañados de gente que esté bien informada. El machismo, tabúes e ignorancia son algunos de los pilares que impiden que nuestra sociedad provea los medios necesarios para alcanzar nuestros objetivos identitarios. Pensemos que muchas personas, al igual que tú y yo, nos hemos topado con psicólogos que intentan convencernos de que ser una persona transgénero o transexual es incorrecto, ya que transgrede el orden natural avalado por la ciencia bla bla bla bla… ¡Sólo recordarlo me enoja!
Los invito a seguir el blog para lograr obtener información de gente como tú, que se ha visto inconforme e infeliz y sobretodo desinformada respecto a cómo darle solución a ese sufrimiento tan grande. Ya hay mucha existente allá afuera, en la realidad y aquí en la virtualidad. Te aconsejo asegurarte que la ayuda que te ofrecen nunca vulneren tus derechos, sobre todo el de la identidad y la salud, Recuerda que la salud mental es parte integral de tu existir. Si tienes dudas desde ahora mismo, contáctanos, y podemos orientarte. Nos avalan 25 años ayudando a mujeres lesbianas y personas de otras identidades y orientaciones.
La libertad significa esta verticalidad que me permite dormir cómodamente, desvestirme con confianza, lavar apropiadamente la zona cuando me baño. Este sentimiento es algo que debe permanecer en mi conciencia. En otras palabras, las cicatrices que veo ahora me ayudan a recordar que todo tiene un fin, que debo mirar más hacia el futuro, restaurar mi voluntad para hacer el bien a los demás, y hacer que mi día presente sea uno para honrarlo y respetarlo. Gracias mamá, por ayudarme a convertirme en una mejor versión de mi mismo, una que de verdad pueda conocer el amor propio y el autorespeto.
*Disforia es el antónimo de Euforia. Mientras el prefijo “eu” se orienta a lo bueno de una cosa, el prefijo dis significa que la cosa tiene una carga más negativa en su significado. Esta palabra no se refiere exclusivamente a la disforia de género, sino que una persona que se sienta conforme con el que le fue asignado al nacer puede sentir disforia por su nariz, su complexión, color de piel, etc. De modo que una mujer cisgénero puede sentir disforia si la talla de su busto no le es suficiente, o le es demasiado grande. Yo que sé. Cada persona tiene un auto concepto tan diferente e influido por factores tan diversos, que atreverme a describir todos aquí simplemente haría esta nota más extensa, jaja.
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