Judith Flores
Mujer lesbiana, periodista y activista LGBTTTI
3 de agosto 2020
Chavela Vargas y Walter Mercado fueron dos personajes que profesionalmente, pero sobre todo por sus personalidades muy especiales han sido, por decisión propia y no, por al menos 70 años iconos no solo para la comunidad LGBTTTI, sino del público en general.
En sus documentales respectivos estrenados durante julio, por una cadena productora de películas y series televisivas, es claro que la cantante y el astrólogo vivieron a contracorriente de las reglas sociales conservadoras sobre la sexualidad y la belleza. Ambos, en su semejanzas y diferencias, se plantaron contra el machismo, la heteronormatividad, la misoginia, el patriarcado, y pese a todo, ser reconocidos.
Pudiera decirse que Chavela (1919-2012) y Walter (1932-2019) nacidos bajo el signo de Aries hicieron honor a sus características astrológicas de fuego: necesitaron independencia y vivieron como si la supervivencia pudiera depender de ello ya que en el fondo tuvieron la necesidad de conquistar todo aquello que se propusieron a nivel amoroso y de trabajo.
Seguramente cansada del rechazo familiar que la asfixiaba con sus demandas de una feminidad con la que ella no se identificaba y el resentimiento que la hacía querer romper las paredes de su casa, María Isabel Anita Carmen de Jesús Vargas Lizano, mejor conocida como Chavela Vargas, decidió dejar su natal Costa Rica y vivir en México desde los 17 años donde nadie más la ocultara de visitas que pudieran sentirse incómodas con su presencia.
En un intento de ajustarse a la norma femenina que Maria Félix y Lupe Vélez empezaban a generar en las películas pre-época de oro del cine mexicano, Chavela cantaba y tocaba su guitarra bien peinada, con vestido y hasta con zapatos de tacón que le mataban los pies. Pero no tuvo éxito, como relata ella misma en el documental Chavela (dirigido por Catherine Gund y Daresha Kyi), porque la gente no le hacía mucho caso y “parecía yo travesti”. Entonces decidió romper de una vez por todas con ese molde y ser ella misma fuera y dentro de los escenarios. Cuando en los bares la gente se encontró con una mujer con voz poderosa, pantalones, jorongo, una trenza, sin maquillaje, que fumaba cigarrillos, bebía mucho (y en su casa tenía pistola) entonces sí le pusieron atención.
Su estilo de canto y su carácter fuerte la hermanó con el rey de la canción ranchera: José Alfr
edo Jiménez. También su alcoholismo, lamentablemente, al grado que su carrera artística se derrumbó tem
poralmente por esa enfermedad y por enamorar a la mujer equivocada a finales de los años 70. Aunque ese declive tal vez también sucedió porque la élite artística, cultural y empresarial la aplaudía en el escenario, en sus fiestas privadas e incluso aceptaba sus amores con actrices, esposas y novias de políticos y empresarios, pero aceptar en público por su nombre tal cual la obvia lesbiandad de Chavela, no. Incluso tal vez por el acendrado machismo y la heteronormatividad imperantes en la sociedad mexicana, ella asumió públicamente su orientación hasta el 2000, a los 81 años, pero en Colombia.
Con ayuda de distint@s personalidades nacionales e internacionales, Vargas reinició su carrera en 1992. Un “segundo aire” de 20 años en los que cumplió su sueño de cantar en el Palacio de Bellas Artes de la Ciudad de México, escribir libros, grabar más discos y hacer presentaciones multitudinarias en España, Francia, Estados Unidos y Costa Rica. Muchos creían que estaba muerta, pero ella, a sus 70 años, no solo conservaba su voz, sino con su estilo característico convirtió a la canción “La Macorina” en casi un himno para la comunidad lésbica, en una clara reivindicación del juego sexual entre mujeres.
Por su parte, a Walter Mercado Salinas, nacido en Ponce, Puerto Rico, desde muy niño le gustó más el baile, la actuación
y la música, y siempre contó con el apoyo de su madre. A él nunca lo ocultaron de las visitas. Es más, sus vecinos lo buscaban y hasta aseguraban que era como un mago porque le había salvado la vida a un pajarito.
Esa libertad y aceptación le permitió a Walter desarrollar sus inquietudes y capacidades, al grado que logró participar en algunas telenovelas de su país natal, antes de enfocarse a su exitosa personificación como astrólogo, como se muestra en el documental Mucho mucho amor: la leyenda de Walter Mercado.
Al igual que Chavela, Mercado siempre se negó a hablar públicamente sobre su sexualidad. Posiblemente consideró que hacerlo público le traería más problemas que beneficios. Sin embargo, por aparecer siempre muy maquillado, con su apariencia andrógina y con sus enormes y coloridas capas rompió con los cánones de belleza y sexualidad masculina impuestos por la sociedad y la televisión en todo el continente americano.
A partir de 1970, cuando tenía 38 años, su personaje emblema le dio mucha la fama y le permitió ser admirado por millones de personas en todo el mundo. Y aunque para muchos era obvia su orientación homosexual, el hecho de que él no lo manifestara abiertamente, le permitió no ser atacado abiertamente por los conservadores.
No obstante, tal como Chavela, ya entrado en años aplicó el dicho de “a la vejez viruelas” y aceptó públicamente a sus 71 años haber encontrado al amor de su vida y “alma gemela” en la brasileña Mariette Detotto, ex chica Playboy, a quien había conocido en 2003.
Paradójicamente, su frase de despedida: “…!y reciban, mucho , mucho amor!” no fue correspondida por su propio manager Bill Bakula, quien se apropió de su nombre, imagen y marca. De hecho, seis años tardó en recuperar su independencia a través de un desgastante juicio contra el empresario en quien él confiaba ciegamente. En el documental dirigido por Cristina Costantini y Kareem Tabsch se establece que Mercado era muy pacífico y hasta su propia familia afirmaba que era manipulable y demasiado confiado en la gente.
Cabe mencionar, que el desafortunado cruce de sus vidas con Televisa fue una de las semejanzas entre Walter y Chavela. En los documentales se habla del bloqueo económico de Emilio Azcárraga contra Chavela y también se muestra la burda imitación del astrólogo realizada por el cómico Eugenio Derbez, a quien entrevistan y por supuesto no tiene empacho en seguir la línea tradicional del emporio televisivo de ridiculizar y burlarse de los gays, pese a que es de todo@s conocido que a Walter nunca le gustó que lo imitaran.
Semanas después de terminar el juicio, Walter (87) falleció y fue sepultado en el panteón Señorial Memorial, en Cupey, Puerto Rico. Mientras que Chavela (93) fue cremada y sus cenizas fueron esparcidas parcialmente en el cerro del Tepozteco en Morelos, en el mar de Veracruz y en el de Guanacaste, provincia costarricense.
Silencio, rechazo, aceptación, fama, dolor, canto, reflectores, estrellas….. entre esto y mucho amor vivieron Chavela y Walter, dos personajes que pese a todo, disfrutaron su vida y desde su trinchera abrieron caminos al reconocimiento de la diversidad sexual y la lucha de los derechos de la comunidad LGBTTI.
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